miércoles, 29 de octubre de 2008

Señales

Hoy ha sido un día raro... He bromeado que cuando en el curro no consigo dormir a los niños significa que el día se tuerce y que todo va a ir mal... jejeje y en parte ha sido algo así. Me he llevado un chasco con una historia que me hacía ilusión y lo he pasado un poco mal a medida que el día iba avanzando. No sé supongo que estaba un poco perdido, uno de estos mazazos que te dejan en el suelo y que te obligan a darte cuenta de que está pasando en ese momento, y de los cuales hay que levantarse o ponerse a otra cosa. (No se si la metáfora aclara o lía más).
El caso es que he tenido una conversación por teléfono, cortita, pero sincera y cargada de cariño y de consejos dados con la cabeza pero que vienen desde el corazón, que me ha dado ánimos y me ha hecho ver las cosas de otra forma.
Y justo ahora, antes de irme a la cama leo algo que estaba escrito desde el viernes y que parecía estar escrito para que lo leyese hoy. Consejos desde el corazón que vienen totalmente al caso (además que todos) y que me han reafirmado totalmente. Lo que me ha causado ya lo he escrito en el comentario del post. (firmando como Pape)
Aquí lo que os dejo son los que guardaré con más cuidado, pues me parecen los más importantes:

~ Mantente feliz, ese es el camino. Confía, el resto sucederá.

~ La visión sólo llega a ser clara cuando uno puede mirarse el corazón. El que mira hacia afuera, sueña; el que mira hacia dentro, despierta.

~ Vale tanto tu determinación como tu inteligencia.

~ No importa lo que te ocurra en la vida, porque tienes la capacidad de elegir tu reacción. Cuando consigas arraigar el hábito de buscar lo positivo en cada circunstancia, tu vida pasará a sus dimensiones superiores.

~ Las fronteras de la vida son sólo creaciones del yo.

~ Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante.

Así que me voy a la cama con una idea muy clara, la de perseguir lo que quiero, y que mi mejor arma es la determinación. Creo que hoy he tenido dos grandes momentos del día... Un besazo.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Esta vez si

El Día dos de abril, a falta de poder quedarme en Madrid el día 4, la autopista N-II que va hasta Barcelona se convertirá en la famosa y conocidísima autopista al infierno. High way to hell!!



Siiii!!!! 68 Pavazos!! Un susto de muerte por que casi nos quedamos sin ellas, un madrugón y un romperse los sesos para ver como vamos hasta Barcelona pero ¡¡¡¡He podido pillar entradas para verlos!!!!

Aunque pensándolo bien en vez de autopista igual habría que coger el Rock`n`Roll train!




Aunque pueda parecer increíble, por culpa de mi hermano Manuel me gusta AC/DC desde que tenía 8 o 9 años (incluso puede que antes), y cuando tocaron en Madrid en 1996, en las Ventas, con un mitiquísimo concierto llamado No-Bull, al cual mis hermanos pudieron ir, a mi como era lógico, un mico de 10 años me dejaron en casita... Pero esta vez si que si!!

Yo tampoco soy zurdo

Si tuviese que elegir la escena de película que más me ha gustado en la vida creo que sería esta. Hoy me estaba acordando de ella, la he buscado y "voila" aquí está, para compartirla con todos vosotros.

martes, 14 de octubre de 2008

Canción para un niño en la calle

Hoy he tenido una nueva clase de educación para la paz, y he sido sorprendido con esto, el profesor la ha utilizado para cerrar la clase, y mientras la recitaba, en algunos versos se le quebraba la voz y se le humedecían lo ojos... ningún niño debería sufrir.



Canción para un niño en la calle


A esta hora, exactamente,
hay un niño en la calle.

Le digo, amor, me digo, recuerdo que yo andaba
con las primeras luces de mi sangre, vendiendo
una oscura vergüenza, la historia, el tiempo,
diarios,
porque es cuando recuerdo también las presidencias,
urgentes abogados, conservadores, asco,
cuando subo a la vida juntando la inocencia,
mi niñez triturada por escasos centavos,
por la cantidad mínima de pagar la estadía
como un vagón de carga
y saber que a esta hora mi madre está esperando,
quiero decir, la madre del niño innumerable
que sale y nos pregunta con su rostro de madre:
¿qué han hecho de la vida?
¿dónde pondré la sangre?
¿qué haré con mi semilla, si hay un niño en la calle?

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate,
transitar sus países de bandidos y tesoros
poniéndole una estrella en el sitio del hambre,
de otro modo es inútil ensayar en la tierra
la alegría y el canto,
de otro modo es absurdo,
porque de nada vale, si hay un niño en la calle.

Dónde andarán los niños que venían conmigo
ganándose la vida por los cuatro costados,
porque en este camino de lo hostil, ferozmente
cayó el Toto de frente, con su poquita sangre,
con sus ropas de fe, su dolor a pedazos
y ahora necesito saber cuáles sonríen;
mi canción necesita saber si se han salvado,
porque si no es inútil mi juventud de música
y ha de dolerme mucho la primavera este año.

Importan dos maneras de concebir el mundo,
una, salvarse solo,
arrojar ciegamente a los demás de la balsa,
y la otra,
el destino de salvarse con todos,
comprometer la vida hasta el último náufrago,
no dormir esta noche si hay un niño en la calle.

Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,
si desciende la niebla como un sapo del aire
y el viento no es ninguna canción en las ventanas,
no debe andar el mundo con el amor descalzo,
enarbolando un diario como un ala en la mano,
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada,
no debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez, arriesgada a una estrecha ganancia,
porque entonces las manos son dos fardos inútiles
y el corazón, apenas, una mala palabra.

Cuando uno anda en los pueblos del país
o va en trenes por su geografía de silencio,
la patria
sale a mirar al hombre con los niños desnudos
y a preguntar qué fecha corresponde a su hambre,
que historia les concierne,
qué lugar en el mapa,
porque uno, Norte adentro y Sur adentro, encuentra
la espalda escandalosa de las grandes ciudades
nutriéndose de trigo, vides, cañaverales
donde el azúcar sube como un junco en el aire,
uno encuentra la gente, los jornales escasos,
una sorda tarea de madres con horarios
y padres silenciosos molidos en la fábricas,
hay días en que uno andando de madrugada encuentra
la intemperie dormida con un niño en los brazos.

Y uno recuerda nombres, anécdotas, señores
que en París han bebido
por la antigua belleza de Dios, sobre la balsa
en donde han sorprendido la soledad de frente
y la índole triste del hombre solitario,
en llanto, sus señoras, tienen angustia y cambian
de amantes esta noche, de médico esta tarde,
porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundo
y ellos son los accionistas de los niños descalzos.

Ellos han olvidado
que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños
que viven en la calle
y multitud de niños
que crecen en la calle.

A esta hora, exactamente,
hay un niño creciendo.

Yo lo veo apretando su corazón pequeño,
mirándonos a todos con sus ojos de fábula,
viene, sube hacia el hombre acumulando cosas,
un relámpago trunco le cruza la mirada,
porque nadie protege esa vida que crece
y el amor se ha perdido
como un niño en la calle...



de Armando Tejada Gómez

lunes, 13 de octubre de 2008

Con la luz del día ya veremos

Hoy se me vino a la cabeza Ismael Serrano, aunque no por esta canción, si no por otra mucho más triste..., no por que haya pasado algo triste si no por que me encontraba dentro un coche parado, el caso es que ahora mismo la que si que me queda es esta, además me queda con los dos mensajes que ha puesto el que hizo el vídeo (aunque podía haberse currado más las fotos ;) )



Una vez le preguntaron a cierto alpinista famoso al bajar del K2 con varias congelaciones horribles en dedos de las manos y pies y bastantes problemas críticos de salud por la ascensión, que por que había subido para morir, y el respondió que había subido precisamente para vivir:
"Todo el que vive se muere, pero no todo el que se ha muerto ha vivido"

Estoy seguro que magullado y destrozado como estaba, este alpinista estaba riendo por dentro y era feliz. Me despido de vosotros con la felicidad del que arriesga, aunque sea solo por unos segundos que llenen el plato de la balanza

miércoles, 8 de octubre de 2008

Buenos Dias!

martes, 7 de octubre de 2008

El loco de la vía

Y de nuevo otra lección que me dio que pensar, sobre el disenso y el consenso y la torpe masa social...
Esta vez de la mano de mi nuevo profesor Luis Pumares. Os enlazo con la historia del Loco de la Vía, a mi me ha dado que pensar...

El Loco de la Vía

Un arma cargada de futuro

Hoy he conversado y he recuperado una conversación sobre cómo enfocar y como provocar un cambio en el mundo, un cambio a mejor por supuesto. Y de cómo debe hacerse, de golpe, poquito a poquito, persiguiendo un ideal o viviéndolo...
El caso es que me vino a la cabeza Gabriel Celaya y la poesía como arma cargada de futuro. Mientras voy buscando un vídeo en youtube porque me apetece escuchar la canción que hizo Paco Ibañez sobre esta poesía voy pensando en lo mucho que he escuchado a este hombre cantar grandes poesías desgarradoras y removedoras de conciencias escritas por los más grandes, y lo mucho que influyeron en mi manera de pensar y de sentir la libertad y la necesidad de cambios.

Y mira tu por donde me encuentro con lo que buscaba en ración doble, por un lado la canción y la poesía, y por otro lado esta pedazo de introducción.



Cuando ya nada se espera personalmente exaltante
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quienes somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: Lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

Campamento

Me encanta este hombre! Aquí tenemos una clara descripción de como es un campamento!!!


jueves, 2 de octubre de 2008

La libertad del viajante


Ahora solo faltaban cuatro días para llegar de nuevo a la misma aldea. Estaba excitado y al mismo tiempo inseguro: tal vez la muchacha ya le hubiese olvidado. Por allí pasaban muchos pastores para vender lana.
-No importa -dijo el muchacho a sus ovejas-. Yo también conozco a otras jóvenes en otras ciudades.
Pero en el fondo de su corazón sabía que si le importaba y que tanto los pastores como los marineros o los viajantes siempre conocían una ciudad en la que había alguien que podía hacerles olvidar la alegría de viajar libres por el mundo.


Paulo Cohelo: El Alquimista