jueves, 19 de marzo de 2009

Derrota



"La peor derrota de una persona es cuando pierde su entusiasmo"

H.W.Arnold

miércoles, 18 de marzo de 2009

La extraña pareja

La luz de aquel día brillaba extraña, apenas pasaba por entre el muro de nubes grises y plomizas que emparedaban el cielo, y daba a aquella tarde de febrero un aspecto como de película, como de imágenes de una cinta vieja de las de VHS, que se graban en la memoria sin que uno se lo proponga.

Por allí pasaba, cabizbajo y enfundado en mi abrigo que me tapaba el cuello del viento que comenzaba a soplar y de las impertinentes gotas de agua que empezaban a caer y a enfriar mi cuello. Parecía como si alguien le hubiese dado al botón de pasar la cinta hacia delante y la plaza de Conde Casal entera comenzaba a correr para llegar antes al metro o a las marquesinas de las paradas de autobús mientras una violenta llovizna comenzaba a hacer estragos sin piedad.

De pronto les vi, eran las dos únicas personas que no corrían para llegar a ningún sitio, y quizá por ello me llamaron la atención. El debía tener unos 70 y ella no más de 30, la agarraba de la cintura, y la miraba hacia arriba pues era más alta que él, frente a frente sus mirabas se cruzaban,una sonrisa acompañaba al gesto, y por unos instantes el tiempo se detenía para ellos, nada importaba, ni la lluvia, ni la gente corriendo, ni ese joven de pelo largo que se había parado para mirarles.

Durante aquellos instantes el mundo entero podría derrumbarse, que nada podría hacerles recordar dónde estaban, nada podría convencerle a él de que su esposa, la única persona a la que realmente llegó a querer, llevaba más de 15 años muerta, nada podría hacerle recordar que le abandonó por que cuando bebía se volvía insoportable, que cuando se quedó solo se volvió más mezquino aún, y por supuesto nada podría hacerle recordar que el día que en que decidió a cambiar y recuperar a su mujer, el día que decidió comenzar de nuevo y dejar de beber para presentarse en la puerta de la persona que amaba con una flor recibió la triste noticia de que su mujer había muerto sola y sin haber escuchado su último sincero "te quiero". Nada podría hacerle recordar como su vida fue cuesta abajo y como dejó de querer todo el mundo, incluso a si mismo.

Ella tampoco podría recordar en ese instante su largo viaje desde Haití, el momento en que decidió fiarse de aquel hombre blanco que le prometía dinero, dinero con el que poder pagar la escuela de sus dos hijos pequeños de 4 años, para que fuesen hombres de provecho y nunca más tuviesen que jugar en la calle y nunca llegasen a ver pistolas y gente muerta en reyertas. En aquel instante no podría acordarse de que aquel trabajo no era de camarera, ni de la verguenza, el asco, el miedo y la rabia que sintió cuando aquel indeseable la violaba, tampoco podía recordar aunque quisiese en ese instante, la frustración durante tres años de intentar salir de esa situación y no tener más satisfacción que poder hablar con sus hijos de vez en cuando.

Nada les podría recordar quienes eran ni cómo habían acabado así, pues durante unos instantes, sus miradas se cruzaron, y después de haberse amado falsamente en un intercambio de dinero, era ahora cuando realmente se estaban amando, no importaba quienes eran, ni donde estaban, por unos instantes sus corazones habían vuelto a funcionar y desde hacía años recordaban lo que era querer y ser queridos.

La lluvia siguió cayendo, y un ejecutivo al que se le estaba mojando el traje pasó corriendo entre ellos, separándoles y rompiendo el momento sin apenas darse cuenta de lo que había hecho. Ella se dio la vuelta y comenzó a correr hacia el autobús, el enfiló hacia el metro con una velocidad envidiable para su edad. La tristeza les invadió de nuevo, y el recuerdo amargo de sus vidas y la horrible sensación de tener que volver a ellas les borró la sonrisa de nuevo. Sin embargo yo sé que en el fondo, y aunque nunca más vuelvan a verse, su existencia es un poquito menos insoportable pues recordaron que siguen sabiendo amar.

De regreso a casa, chorreando como un tonto, pensé en la extraña pareja y en la lección que sacaba de todo ello, y me dieron ganas de darles las gracias por revelarme una de las mayores verdades que tantas veces olvidamos, y que aunque suena cursi es cierto, y es que sin amor la vida no tiene sentido y que lo que eso es precisamente lo que llena esos vacíos que a veces nos invaden.






Dedicado a la pareja que se miraba en la plaza de Conde Casal que me inspiró a adornar su historia.

martes, 10 de marzo de 2009

Culpable

El Jueves 5 de Marzo estuve viendo a Lagarto Amarillo en concierto en la sala Joy, y fue una pasada!!!

De entre todas las canciones que tocaron, hubo una que me gustó mucho, creo que es de las nuevas canciones que han hecho ya que buscando por internet no he encontrado nada más que un video de la propia canción en el concierto.

Canción que por cierto tocó con un Antonio Vega, que se le caía el micro y no pudo sacar todo lo que aún le queda dentro a ese hombre. Una pena.

Os dejo la canción, que me parece una pasada.