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"... Me estáis confundiendo -musitó el caballero-. Sé que las personas necesitan tener ambición. Desean ser listas y tener bonitos castillos y poder cambiar el caballo del año pasado por uno nuevo. Quieren progresar.
-Ahora estáis hablando del deseo del hombre de enriquecerse; pero si una persona es generosa, amorosa, compasiva, inteligente y altruista, ¿cómo podría ser más rica?
-Esas riquezas no sirven para comprar castillos y caballos- dijo el caballero.
-Es verdad -Merlín esbozó una sonrisa-, hay más de un tipo de riquezas, así como que hay más de un tipo de ambición.
-A mí me parece que la ambición es la ambición. O deseas progresar o no lo deseas.
-Es más complicado que todo eso -respondió el mago-. La ambición que proviene de la mente te puede servir para conseguir bonitos castillos y buenos caballos. Sin embargo, sólo la ambición que proviene del corazón puede darte, además, la felicidad.
-¿Qué es la ambición del corazón? -le cuestiono el caballero.
-La ambición del corazón es pura. No compite con nadie y no hace daño a nadie. De hecho, le sirve a uno de tal manera que sirve a otros al mismo tiempo. ..."
Robert Fisher
El Caballero de la armadura oxidada
El Caballero de la armadura oxidada